Dado los comentarios existentes tanto en el artículo anterior como en su publicación en Meneame, donde prácticamente se pide la supresión de los bancos, he creído necesario escribir el presente artículo donde voy a intentar mostrar cómo sería un sistema donde el banco tuviera disponible, en todo momento, el total de depósitos realizados por sus clientes, de tal manera que si todos los clientes acudieran a la vez a retirar su dinero el banco podría devolverlo, es decir, el coeficiente de caja para cada oficina bancaria es del 100%. Esto sería como operar como si no existieran los bancos, porque, como veremos a continuación, o no existirían o realizarían unas funciones distintas a las que realizan actualmente.
El artículo es sólo una visión rápida de lo que se me ha ocurrido que podría pasar, pero lógicamente no tiene porqué ser así necesariamente (es lo que tiene la ciencia ficción) por lo que animo a que si a alguien se le ocurren soluciones para los problemas que me planteo las proponga, siempre de una forma razonada. Vamos a ver como quedaría la economía:
Si los bancos no pueden utilizar el dinero que depositamos, realizan la misma función que ahora prestan con una caja de seguridad, para el banco que depositemos dinero ya no es ninguna ventaja sino que pasa a ser únicamente un servicio que nos presta y, por tanto, ya no le interesa retribuir nuestros depósitos. Un primer efecto sería que desaparecería cualquier retribución a nuestros ahorros en los bancos, bien sea a plazo fijo, bien sea en nuestra cuenta corriente. Unido a esto, se incrementarían las comisiones por depósito. El banco nos está prestando un servicio: nos guarda el dinero y como contraprestación nos cobraría una comisión. Esta comisión sería mucho más elevada que la que nos puedan cobrar ahora ya que el banco debería incrementar las medidas de seguridad y los riesgos de robo serían mucho mayores. Hay que pensar que mientras ahora en un atraco no es fácil llevarse más de 100.000 euros si todo el dinero que hay depositado en una oficina estuviera físicamente en la misma el resultado del robo podría ser muy superior.
No se podrían hacer transferencias bancarias, recordemos que todas las oficinas bancarias han de tener el 100% de los depósitos en la oficina, el objetivo es que si todos los clientes desean sacar el dinero a la vez han de poder hacerlo. Por tanto, no se pueden realizar operaciones electrónicas, porque si yo transfiero electrónicamente 60.000 euros a otra oficina y voy a esa oficina y quiero sacar los 60.000 euros en papel no los van a tener. En todo caso, habría que poner una norma por la que si se hace una transferencia bancaria el dinero no se va a poder disponer en el plazo de tiempo necesario para poder trasladar los billetes de un sitio a otro. Es fácil de entender que, en todo caso, se acabaron las transferencias gratuitas y que seguramente las comisiones por dichas transferencias se incrementarán.
Por la misma razón desaparecerían las tarjetas de crédito, lo cuál no es necesariamente un efecto perjudicial, de hecho todo negocio que se basara en créditos del banco desaparecería o vería su coste extremadamente incrementado.
Vamos a suponer un trabajador de una fábrica que está cansado de trabajar para otro y decide iniciar una aventura por su cuenta. Lo que desea es abrir una cafetería en su pueblo. Sin embargo, para abrir la cafetería, necesita unos 60.000 euros que no tiene. El banco ya no le dejaría el dinero porque no tiene dinero que dejar (antes el dinero que dejaba no era el suyo) por lo que va a tener que buscar a alguien que se lo deje. Ha de encontrar a alguien que tenga 60.000 euros ahorrados y que además esté dispuesto a dejarlo, asumiendo el riesgo que no se lo devuelva. Vamos a suponer que hay alguien en el pueblo que tiene dinero y que decide dedicarse a ese negocio, por mucho dinero que tenga, va a poder dar únicamente unos pocos préstamos de esta cantidad, por lo que su análisis del riesgo va a ser muy malo, con que haya un insolvente puede perder mucho dinero, por ello, seguramente acabe pidiendo intereses mucho más elevados que los que ahora pediría el banco, recordemos que el banco puede compensar la mora de un cliente por la de otro, al hacer tantas operaciones el riesgo se diluye. El EURIBOR ya no existe, dado que los bancos ya no prestan dinero tampoco existiría este valor, por lo que no habría un tipo de referencia y automáticamente se produciría un incremento del tipo medio de interés que se cobra en el mercado.
Vamos con otro amigo, este es un importador de muebles que luego vende a tiendas minoristas. Las tiendas minoristas le pagan a 90 días con letras de cambio, es un ejemplo. Antes el importador iba al banco y descontaba la letra de cambio obteniendo liquidez (el descuento es una operación con la que voy al banco con una letra de cambio que vale 1000 euros, el banco me paga 980 euros y cuando se cumpla el plazo cobra la letra íntegra, esos 20 euros de diferencia es la comisión que se lleva el banco por adelantarme el dinero). Ahora el banco ya no puede adelantar el dinero, porque el dinero que tiene no es suyo, así el importador tiene serios problemas para obtener liquidez. Si necesita dinero tiene dos opciones: o cobrar al contado la mercancía que entrega o acudir a alguien que haga las funciones que hacía el banco, que, como sucedía antes, seguramente cobre una comisión más elevada al no poder medir el riesgo con la misma precisión que hacía el banco.
El importador se encuentra con otro problema, antes cuando importaba mercancía era bastante fácil. El exportador en la India le daba los documentos que acreditaban la titularidad de las mercancías a su banco en la India y el importador en España le decía a su banco que le pagara al banco en la India una vez le entregara los títulos sobre las mercancías. De esta manera, el exportador indio se aseguraba de cobrar por las mercancías y el importador español que no se quedaba sin dinero y sin mercancías. Pero ahora el banco indio ya no puede pagar al exportador porque no puede disponer de dinero que no es suyo, por lo que hay dos soluciones: o el español envía el dinero físicamente al banco indio para que pague o utiliza un sistema parecido a la “Hawala”. La Hawala consiste en que localizo en la India (o en el país donde quiero llevar dinero), a alguien que desea traer dinero a España y acuerdo con él que él paga a mi proveedor en la India y yo entrego el dinero que el deseaba traer a España a quien me diga. Así, no hace falta llevar el dinero físicamente de un lugar a otro. El problema se encuentra en que las cantidades coincidan y en encontrar al sujeto que quiera traer dinero a España, pero bueno, esto al final se organizaría y se crearían agencias para estos menesteres. Un problema adicional a la Hawala es su opacidad, la Hacienda Pública tendría dificultades para conocer estas operaciones por lo que seguramente se incrementaría el fraude fiscal.
Por estas razones el comercio internacional sufriría una gran contracción lo que automáticamente se traduciría en un incremento del precio de los productos. La tenencia de productos de consumo a precios bajos se basa en una especialización en la producción. Si cada país debe producir la mayor parte de lo que consume no se produce dicha especialización y obtendremos peores productos a mayores precios.
A costa de ser demagógico, esto también supondría un gran golpe para los países en desarrollo y subdesarrollados. Gran parte de dichos países están basando su despegue económico en base a las exportaciones al primer mundo (con abusos, explotación de recursos y todo lo que se quiera añadir), la contracción del comercio frenaría el desarrollo por parte de esos países.
Tal vez uno de los principales problemas no se daría a pequeña escala, sino a gran escala. Para obtener un préstamo de 100.000 euros siempre podríamos encontrar a alguien con ese dinero que nos lo pudiera prestar, pero claro imaginemos una empresa que de repente desea ampliar sus instalaciones y necesita 80.000.000 euros, coste previsto de las obras y equipamiento de la planta industrial. Cuando nos movemos en estas cantidades difícilmente encontraríamos a alguien dispuesto a conceder esos préstamos (y éste no es especialmente grande), de hecho, los propios bancos no concedían este tipo de préstamos ellos sólos, sino que muchas veces se sindicaban para entre varios bancos conceder el préstamo y así diluir el riesgo.
Se podría decir que los bancos podrían seguir prestando con su propio dinero, lo cual es cierto, pero estas operaciones se producirían en un número tan reducido respecto a lo que hoy existe que podríamos decir que quedaría como algo residual. Observemos el Pasivo consolidado del Banco Santander, por tomar un ejemplo, (en la Pag. 167). Tenemos las siguientes cuantías (en miles de euros):
Se puede observar que los recursos propios no superan ni la décima parte de los fondos ajenos con los que antes operaba el banco.