domingo, 31 de octubre de 2010

Un mundo sin dinero... físico

Si digo que uno de los problemas de nuestra sociedad es el dinero no creo que muchos se sorprendan o que se escandalicen, otros podrán incluso sacar conclusiones sobre mis tendencias políticas o pensar que ya voy a iniciar una soflama contra el sistema capitalista. Pero en este artículo no voy a hablar del dinero como un problema per se, ni por el uso que se le da, ni siquiera por la distribución del mismo en la sociedad. Lo que quiero exponer son los problemas que genera el dinero en su representación actual, es decir, el dinero como monedas y billetes.

Lo que propongo es un cambio en la forma del dinero, abandonar los vulgares y ya aburridos billetes y monedas y pasar al atractivo y glamuroso dinero de plástico. Pero no a las tarjetas de crédito tradicionales, sino a verdaderos monederos electrónicos. Todavía es ciencia ficción, pero no porque no sea realizable sino porque, seguramente, la sociedad todavía no está preparada, pero espero a lo largo del artículo demostrar que sus ventajas son enormes y sus inconvenientes escasos.

El sistema no sería muy complicado de implantar, el dinero estaría necesariamente en bancos y nosotros realizaríamos necesariamente nuestro pago mediante tarjetas monedero, con clave o certificado personal, u otros sistemas (por ejemplo con el bluetooth del movil se podrían realizar pagos directamente contra nuestra cuenta corriente), el método concreto habría que pensarlo pero en lo que me quiero centrar es en las consecuencias.

Al no existir dinero efectivo en circulación tendríamos las siguientes consecuencias.

-Desaparecería el dinero negro: si por definición el dinero negro es el que está fuera del sistema, ahora TODO el dinero estaría dentro del sistema. El efecto económico sería importante:

    *El trabajo en negro prácticamente ha desaparecido. La Inspección de Trabajo puede fácilmente detectar pagos periódicos a personas que no están ejerciendo como empresarios por lo que la contratación ilegal se ha reducido.

    *Mientras antes las sociedades y empresarios ocultaban los ingresos percibidos siempre que podían, por supuesto unos más que otros, ahora han descubierto la facilidad que tiene Hacienda para calcular cuales han sido los ingresos percibidos durante un determinado periodo de tiempo. De esta manera, la desaparición del dinero negro ha llevado a reducir el fraude fiscal, por lo menos en la parte relativa a operaciones no declaradas.

-Reducción o, al menos, mayor control sobre actividades ilícitas como narcotráfico,tráfico de personas o armas, terrorismo...: las organizaciones delictivas tendrían una gran dificultad para mover las enormes cantidades de dinero que pasan por sus manos de manera inadvertida.

-Reducción de robos y, por tanto mejora, en la seguridad ciudadana: al no existir dinero en efectivo los atracos en la calle en muchos casos carecerían de sentido, de igual modo el atraco a pequeños comercios por la recaudación de la caja. Este tipo de delincuencia desaparecería.

-Según como se configuraran las tarjetas monedero incluso podrían desaparecer otros tipos de robo al desaparecer los mercados negros. Podría pensarse que incluso en los casos donde lo que se busca es una determinada mercancía (por ejemplo: robo en joyerías) también se produciría una importante reducción de casos al dificultarse la venta en el mercado negro de productos robados. Las maquinas para cobrar de tarjetas monedero podrían estár controladas, así se requeriría estar al corriente de los permisos para operar en el mercado para poder tener una de ellas, por lo que es difícil que una tienda ilegal o la venta en la calle sin permisos pueda ser realizada, o aun en el caso de que se utilizara alguna máquina no autorizada el banco rápidamente la detectaría al no coincidir los códigos de control de estos aparatos con una maquina autorizada.

En cuanto a los inconvenientes que una medida de este tipo plantea, los principales son dos:

-Una cierta pérdida de la privacidad en el sentido en que se dificultaría la realización de operaciones que sea imposible conocer por el sistema. No es que el Estado conozca todo lo que hacen sus sujetos sino que si quisiera saberlo, con los oportunos requerimientos podría llegar a conocerlo. No obstante, hoy en día con el uso de las tarjetas de crédito ya vivimos una situación parecida a ésta.

-El peligro de exclusión social de ciertas clases sociales: existiría un grave problema con las personas más desfavorecidas que se verían totalmente apartadas del sistema. La limosna, los gorrillas... ya no serían una opción y se correría el peligro de crear auténticos guetos.

-Ya se explicó en otro artículo como los bancos crean dinero. Cuanto más dinero hay en los bancos más dinero hay en la sociedad, pero es que simplemente modificando el dinero que se obliga a los bancos a tener en efectivo provocaría una multiplicación del dinero en la sociedad. La Unión Europea es la encargada de indicar cual es el coeficiente de caja, es decir, que porcentaje de los depósitos no pueden ser prestados por los bancos y es un coeficiente fundamental para determinar cuanto dinero hay en el mercado. Esta es una poderosa arma de política fiscal cuya utilización ha de ser muy rigurosa para evitar efectos no deseados.

Como vemos, los bancos tienen un papel fundamental en este sistema. Podría pensarse que para ellos supone un sobrecoste en su actividad, porque lógicamente parto de que los monederos electrónicos no tienen coste para el ciudadano, ni tampoco su utilización. ¿Por qué deberían aceptar los bancos su implantación entonces? porque a cambio, los bancos verían incrementado el volumen de depósitos. Los bancos al tener más depósitos tienen más dinero disponible para realizar operaciones (volvemos al artículo sobre la creación del dinero) lo que probablemente generaría unos beneficios que cubrirían dichos coste de mantenimiento. Incluso en el caso de que esto no fuera así y fuera necesario pagar una pequeña comisión como ocurre con nuestras tarjetas de crédito veo que la propuesta es viable.

Por último, sería necesario modificar el sistema de garantía de depósitos. Al obligar a todos los ciudadanos a que tengan sus depósitos en los bancos el Estado, en contrapartida debería garantizar completamente dichos depósitos, es decir, el Fondo de Garantía de Depósitos debería modificarse para que cubriera el cien por cien de los mismos en caso de quiebra del banco y, además, los controles sobre las entidades financieras, deberían ser más estrictos.